por Pablo R.F.
El tema de la educación en Chile a esta altura del partido ya se encuentra requetecontra instalado en el imaginario colectivo de la gente, con diversas opiniones y miradas. Pa no irnos tan en la volá, quedémonos con el período que terminó forjando la sociedad neoliberal contemporánea. En los 80’ Los Prisioneros ponían en boca de todxs el conflicto de la educación con su canción El Baile de los que Sobran, hoy transformada en un verdadero himno en un sentido dialéctico, puesto que el pasado, el presente y el futuro conjugaban en una sola voz: la de lxs olvidadxs.
Lxs
olvidadxs no tienen cabida en la “Educación Formal” puesto que
acarrea necesariamente una imposición institucional de
comportamientos, prácticas y sobre todo conocimientos que han estado
más relacionados con el interés o desinterés de una clase
dominante que poco y nada conocen del pueblo y sus expresiones
populares. Aún con todas las buenas intenciones de lxs profesores en
la sala de clases, éstxs deben adecuarse a una normativa y formas de
trabajo desde arriba y lamentablemente terminan reproduciendo un
modelo segregador de la clase dominante y del estado represor.
Hablemos
entonces de la antítesis más pura de éste modelo: La Educación
Popular. No soy experto en el tema y mucho menos poseo tanta
propiedad en mi experiencia para explicar en qué consiste, pero
haciéndola corta, en los 60’ un brasileño bien choriflay llamado
Paulo Freire planteaba y aplicaba una forma de trabajo para
alfabetizar a lxs dominadxs basado en la horizontalidad de quien
enseña y quien aprende, así como en la inclusión necesaria del
contexto para lograr el aprendizaje. (uf)
O
sea, una alternativa radical al sistema de educación formal, de
base, con una mirada crítica y con un objetivo transformador de la
realidad, de nuestra realidad. Ahora bien, es cierto que éstas
instancias suelen estar más presente en las grandes ciudades o en
poblaciones tremendamente complejas en la realidad que viven lxs
pobladores y no son tan comunes en pueblos pequeños, aunque esto
último puede ser una generalización.
Haciendo
eco de mi experiencia personal hablaré de una gran instancia de
formación popular que he vivido en Santiago en el último año: la
gloriosa Escuela Popular de Cine, del colectivo FECISO (Festival de
Cine Social y Antisocial). ¿Una escuela popular de cine? ¿Enseñan
ahí a piratear películas? (chiste fome, tonto y malo, no lo tiraré
nunca más).
Tomemos
en cuenta la inclusión del contexto educativo y el interés por
transformar la realidad de quien participa en una instancia de
educación popular, metámoslo en la juguera con el rol político del
cine (la ideología detrás de todo medio de comunicación) y la
capacidad de vernos reflejadxs en la pantalla y obtenemos una
experiencia con la cual la gente es capaz de romper con las cadenas
que nos ha impuesto el cine dominante (basado en parámetros
meramente económicos) y establecer su propia mirada, su propio
lenguaje y sobre todo, representar y transformar su propia realidad.
La
Escuela Popular de Cine (EPC), establecida en la población Santo
Tomás en la comuna de La Pintana, es una instancia en la cual se
parte de la base de desarrollar un cine contrario al cine dominante,
aplicando la lógica del contexto como parte fundamental del proceso
se fomenta el salir a la calle y ser capaces de observar lo que nos
rodea. El proceso creativo se va desarrollando con los proyectos de
cada integrante o grupos de integrantes que van comentando los
avances de lxs compañerxs entre todxs cada cierto tiempo, sin
evaluaciones, sin autoritarismo y sin restricciones formales y de
contenido. Las herramientas pueden ser una cámara profesional de
cine tanto como un celular, quien crea es un sujeto creador y no un
individuo autor, quien observa el cine es sujeto espectador activo y
no un individuo consumidor alienado.
Ahora
bien, la cosa no se queda solo en el trabajo de sus participantes en
la misma escuela, puesto que el colectivo se plantea la realización
en invierno y verano del Festival de Cine Social y Antisocial
(FECISO), festival de cine que se realiza en la calle y en las
poblaciones de la periferia de Santiago alejadas del glamour de los
festivales para la gente del barrio alto realizados en el centro de
la ciudad. Entre carnavales, talleres gratuitos, pasacalles, teatro,
poesía, música y sobre todo cine, el FECISO es parte importante del
trabajo popular puesto que lleva un cine que invita a la reflexión,
que cuestione los parámetros de la industria dominante y mucho más
cercano a las problemáticas de la gente común y corriente. Así
también en los días previos al festival se realizan diversos
talleres gratuitos con los niños y jóvenes de las poblaciones donde
se realizará el festival, los talleres audiovisuales o de otras
vainas terminan concretándose en películas realizadas por lxs
propixs niñxs de las poblas, las que son exhibidas en cada sede del
festival.
Trabajo
comunitario, de resistencia popular, artístico y antidominante. La
Escuela Popular de Cine y el FECISO son buenos ejemplos de la
capacidad que tiene la educación popular para remecer la
normatividad del sistema en la pobla y para congregar a la gente en
sectores donde la televisión se burla y criminaliza a lxs pobres, en
donde la yuta (la policía) se mete con suerte para reprimir pero son
incapaces de proteger a la gente que se supone debían proteger, en
donde lxs políticxs se meten con un ejército de guardias a regalar
tazas y microondas antes de las votaciones y el resto del tiempo
nadie sabe de ellxs. Es refácil decir “arriba lxs pobres del
mundo” con una piscola en la mano y ser incapaces de hacer trabajo
de comunidad más allá del techo para chile o de la evangelización
religiosa de turno.
Existe una realidad que se repite en Llay-Llay y otras comunas
similares: la pobreza naturalizada o mejor dicho, la ignorancia.
Ignorancia de la dominación económica y cultural en la que vivimos
sometidos, la ignorancia de nuestra propia gente con el resto de los
habitantes del pueblo (anda a decirle a alguien que vaya pa cualquier
pobla con mala fama, porque a la primera te mandan a la cresta, como
tan flaite, como tan weon, osea). Herencia cultural del
neoliberalismo y los medios de alienación cultural. Mientras existan
éstas y otras problemáticas, siempre será importante y necesaria
cualquier instancia de educación popular. Aunque ciertamente las
realidades son muy diferentes en cada lugar y eso es lo más
rescatable de la educación popular: la facilidad de adaptarse a toda
realidad y época.
Web de la Escuela Popular de Cine (con películas gratis): escuelapopulardecine.cl
Película recomendada de la EPC: escuelapopulardecine.cl/santo-tomas
Web de la Escuela Popular de Cine (con películas gratis): escuelapopulardecine.cl
Película recomendada de la EPC: escuelapopulardecine.cl/santo-tomas
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