Emma Rosa opina
Recién, cuando estaba lavando un coche, pasó un cabro y silvó. Bueno, no es para nada excepcional que silven muchos hombres cuando ven a mujeres cualquieras. Y no es excepcional tampoco que se muestren imágenes de coches y mujeres casí desnudas y que eso se considera erótico. No es que a mí no me guste el sexo. Pero, qué raro que un hombre, viendo a una mujer lavando un auto, se la imagine, inmediatemente, cómo posible objeto de su placer. Una amiga me dijo que los hombres siempre piensan en el sexo. A mi opinión, pueden pensar en el sexo tanto que quieren. Pero eso no justifica que me silven y que me tratan de esta manera como objeto de sus deseos. Yo quiero poder lavar autos sin que ningún cabro me imagine desnuda; quiero andar en bicicleta, pasear por el centro, sin que me silve ningún loco. Por entonces les digo a todos los hombres: No silven salvo que esten llamando a su perro.
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