lunes, 20 de junio de 2016

Basurero, santo remedio. Limpiando la acequia


por La Pulga

Llay-Llay está lleno de basura. Sillones y perros muertos tirados al lado del cementerio, escombros formando islas en el estero, y miles de bolsas plásticas y botellas tiradas en cualquier lugar donde pasa gente y acaba de comerse su pan, su super8 o de tomar su coca. La acequia al lado del paradero de la Shell siendo un lugar donde mucha gente suele esperar harto rato, entreteniéndose tomando, comiendo o fumando, estaba llena de basura. Probablemente, la mayor parte de la gente no ve que hay coipos viviendo en la acequia, o les da lo mismo. Por ello tira para allá no solo sus botellas, colillas y bolsas plásticas, sino también pañales usados u neumáticos. La Pulga, junta a un grupo de amigos, partió el 8 de diciembre a limpiar la acequia. Sacamos unos diez sacos de papas llenos de basura que se quedaron al lado del paradero, adornando el paisaje durante una semana – tanto se demoró la I. Municipalidad de Llay-Llay, informada el mismo día de la limpieza, para sacar la basura amontonada. Desde la Shell, avanzamos hacia la CCU que durante los pocos años que está funcionando en Llay-Llay, ya logró ensuciar la acequia al otro lado de la calle con montones de cartón y plástico – las etiquetas dejan claro que provienen de la fábrica. Dejamos un verdadero cerro de basura rescatada de la acequia en el portón de la CCU, la cual calladamente lo recogió. Sin embargo, a pocas semanas después de la limpieza, ya la acequia frente a la CCU está llena de los mismos plásticos de la fábrica de nuevo. Esperamos que juntos a la Pulga, más habitantes de Llay-Llay se organicen en contra de este basural ilegal.
Esperamos también que la gente que nos vio limpiando se haya dado cuenta que es latoso vivir en un lugar feo solo por el hecho de que nadie se preocupa de no botar su basura al suelo, y que es latoso limpiar cuando el día siguiente ya la gente sigue botando su basura. Y esperamos que la Municipalidad se haga cargo de limpiar la comuna de la basura, de poner basureros y contenedores de reciclaje. Una niña de ocho años que nos acompañó a limpiar la acequia, resumió el problema de la siguiente manera: “Es que la gente no sabe que la basura es la enfermedad de la tierra. Y cuál es el remedio? - Es basurero!”

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