por La Pulga
Llay-Llay
está lleno de basura. Sillones y perros muertos tirados al lado del
cementerio, escombros formando islas en el estero, y miles de bolsas
plásticas y botellas tiradas en cualquier lugar donde pasa gente y
acaba de comerse su pan, su super8 o de tomar su coca. La acequia al
lado del paradero de la Shell siendo un lugar donde mucha gente suele
esperar harto rato, entreteniéndose tomando, comiendo o fumando,
estaba llena de basura. Probablemente, la mayor parte de la gente no
ve que hay coipos viviendo en la acequia, o les da lo mismo. Por ello
tira para allá no solo sus botellas, colillas y bolsas plásticas,
sino también pañales usados u neumáticos. La Pulga, junta a un
grupo de amigos, partió el 8 de diciembre a limpiar la acequia.
Sacamos unos diez sacos de papas llenos de basura que se quedaron al
lado del paradero, adornando el paisaje durante una semana – tanto
se demoró la I. Municipalidad de Llay-Llay, informada el mismo día
de la limpieza, para sacar la basura amontonada. Desde la Shell,
avanzamos hacia la CCU que durante los pocos años que está
funcionando en Llay-Llay, ya logró ensuciar la acequia al otro lado
de la calle con montones de cartón y plástico – las etiquetas
dejan claro que provienen de la fábrica. Dejamos un verdadero cerro
de basura rescatada de la acequia en el portón de la CCU, la cual
calladamente lo recogió. Sin embargo, a pocas semanas después de la
limpieza, ya la acequia frente a la CCU está llena de los mismos
plásticos de la fábrica de nuevo. Esperamos que juntos a la Pulga,
más habitantes de Llay-Llay se organicen en contra de este basural
ilegal.
Esperamos también que la gente que nos vio limpiando se haya dado
cuenta que es latoso vivir en un lugar feo solo por el hecho de que
nadie se preocupa de no botar su basura al suelo, y que es latoso
limpiar cuando el día siguiente ya la gente sigue botando su basura.
Y esperamos que la Municipalidad se haga cargo de limpiar la comuna
de la basura, de poner basureros y contenedores de reciclaje. Una
niña de ocho años que nos acompañó a limpiar la acequia, resumió
el problema de la siguiente manera: “Es que la gente no sabe que la
basura es la enfermedad de la tierra. Y cuál es el remedio? - Es
basurero!”
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