Ricardo Magnon
En un año vienen las elecciones municipales y no es sorprendente ver a algunos concejales en reuniones de juntas vecinos u otras agrupaciones, regalando tortas, cajas de mercancía o ayudando individualmente a algunas personas. Pero, ¿acaso tenemos que agradecerle o votarle a un concejal si nos regaló tortas o si vino a nuestra reunión? Un concejal en Llay Llay gana 650 mil pesos por mes por asistir a una reunión por semana y con este dinero nos está regalando tortas o le da el tiempo de asistir a onces etc. Pero esto es dinero de nosotrxs todxs – y lo elegimos a un concejal no para que nos regale tortas, sino que para que se mejore la vida en nuestro pueblo. Entonces miremos hacia lo que hicieron los concejales para mejorar nuestra vida y me acuerdo que 5 de los concejales, más el alcalde nos querían poner en una planta de metales al lado de nuestro pueblo, que nos hubiera envenenado a todxs. ¿Acaso esto es mejorar la calidad de vida? Ninguna torta, ningún regalo o promesa hecha en una reunión puede reparar el daño que hubiera causado arsénico en nuestra agua potable.
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