lunes, 15 de mayo de 2017

Más allá del #Niunamenos


Cuando se habla de femicidios, la gran mayoría de la sociedad se conmueve. Pero, ¿en qué sociedad acontecen los femicidios? No son meros actos individuales, sino parte de un machismo transversal que hay que combatir a diario – y no sólo con un hashtag, sino con acciones.


Hablar de la violencia hacia la mujer, nos invita a remontarnos a una historicidad marcada de desigualdad y vulneración. La gran convocatoria a nivel nacional e internacional del miércoles 19 de octubre ha marcado un hito en términos de convocatoria y sensibilización hacia la escalada de violencia acontecida, femicidios brutales e infanticidio, lo que sin duda alguna ha logrado movilizar a personas que han tomado el #NIUNAMENOS como bandera de lucha, expresión y rechazo a la violencia de género.
Pero ¿Qué significa ir más allá del #NIUNAMENOS? Ir mas allá del este hashtag significa comprender o buscar la comprensión de que el femicidio es la expresión máxima y más brutal de violencia hacia la mujer, el cual dentro de esta cadena puede comenzar con chantajes, celos y control, expresiones internas, cotidianas y comunes micromachismos, los cuales se encuentran ampliamente naturalizados y normalizados (como amor romántico) en nuestra sociedad, en la cual la cultura patriarcal hegemónica, sienta los cimientos del movimiento cultural conocido como machismo.
Ir más allá del #NIUNAMENOS, es tomar conciencia de que desde generaciones atrás se ha mirado a la mujer, como un ser inferior, del cual se tiene derechos y atribuciones, hacia su cuerpo, sexualidad e identidad, a la cual se le mira como un objeto, de propiedad y deseo, se le pueden gritar cosas en la calle, opinar por como viste, esperar que actué conforme un rol de género como ser madre y/o esposa; se le puede golpear, maltratar, violar y matar, solo por ser mujer.
Ir mas allá de esta consigna nos invita a tomar conciencia, de que, toda persona, independiente de su edad, género, sexo, etnia, y/o educación, merece el respeto a la dignidad humana y al pleno goce de sus legítimos derechos. Darse cuenta que el cambio comienza desde la cuna, en el seno de la familia, donde cada persona hombre y mujer (porque el machismo también se reproduce por la mujer) está invitada a deconstruir su historia personal y enseñar a las futuras generaciones en torno al buen trato, desde el respeto y la igualdad de condiciones como persona.
No es necesario ser feminista para inculcar el respeto por la dignidad de las personas, como un ser diferente e igualmente valioso y sujeto de derechos, porque ese mínimo e importante planteamiento es la base para parar la cosificación de la mujer. 
Valiosa e histórica la ultima marcha acontecida, pero esta lucha es diaria y persistente, porque pequeños cambios pueden hacer la diferencia en un futuro. Dejar de llamar “mandoneado” a quien deconstruye su rol como padre y/o pareja, dejar de llamar “Maraca” a quien goza libremente su sexualidad, dejar de categorizar entre “azul niño” y “rosado niña”, dejar de esperar que “el hombre pague la cuenta”, etc. Porque hoy con conciencia de la problemática, protestar y marchar, es necesario , porque hoy podemos buscar el cambio por ti, tu hija, hermana, amiga, madre y/o tía, porque nos están matando y debemos decir ¡basta!
Vanessa S. Herrera Bahamonde
Psicóloga / Feminista

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