Cuando
se habla de femicidios, la gran mayoría de la sociedad se conmueve.
Pero, ¿en qué sociedad acontecen los femicidios? No son meros actos
individuales, sino parte de un machismo transversal que hay que
combatir a diario – y no sólo con un hashtag, sino con acciones.
Hablar de
la violencia hacia la mujer, nos invita a remontarnos a una
historicidad marcada de desigualdad y vulneración. La gran
convocatoria a nivel nacional e internacional del miércoles 19 de
octubre ha marcado un hito en términos de convocatoria y
sensibilización hacia la escalada de violencia acontecida,
femicidios
brutales
e
infanticidio,
lo que sin duda alguna ha logrado movilizar a personas que han tomado
el #NIUNAMENOS como bandera de lucha, expresión y rechazo a la
violencia de género.
Pero ¿Qué
significa ir más allá del #NIUNAMENOS? Ir mas allá del este
hashtag significa comprender o buscar la comprensión de que el
femicidio
es la expresión máxima y más brutal de violencia hacia la mujer,
el cual dentro de esta cadena puede comenzar con chantajes, celos y
control,
expresiones internas, cotidianas y comunes micromachismos,
los cuales se encuentran ampliamente naturalizados y normalizados
(como amor romántico) en nuestra sociedad, en la cual la cultura
patriarcal hegemónica, sienta los cimientos del movimiento cultural
conocido como machismo.
Ir más
allá del #NIUNAMENOS, es tomar conciencia de que desde generaciones
atrás se
ha mirado a la mujer, como un ser inferior, del cual se tiene
derechos y atribuciones, hacia su cuerpo, sexualidad e identidad, a
la cual se le mira como un
objeto,
de propiedad
y deseo,
se le pueden gritar cosas en la calle, opinar por como viste,
esperar que actué conforme un rol de género como ser madre y/o
esposa; se le puede golpear, maltratar, violar y matar, solo por ser
mujer.
Ir mas
allá de esta consigna nos invita a tomar conciencia, de que, toda
persona, independiente de su edad, género, sexo, etnia, y/o
educación, merece el respeto a la dignidad humana y al pleno goce de
sus legítimos derechos. Darse cuenta que el cambio comienza desde la
cuna, en el seno de la familia, donde cada persona hombre y mujer
(porque el machismo también se reproduce por la mujer) está
invitada a deconstruir su historia personal y enseñar a las futuras
generaciones en torno al buen trato, desde el respeto y la igualdad
de condiciones como persona.
No es
necesario ser feminista para inculcar el respeto por la dignidad de
las personas, como un ser diferente e igualmente valioso y sujeto de
derechos, porque ese mínimo e importante planteamiento es la base
para parar la cosificación de la mujer.
Valiosa e
histórica la ultima marcha acontecida, pero esta lucha es diaria y
persistente, porque pequeños cambios pueden hacer la diferencia en
un futuro. Dejar de llamar “mandoneado” a quien deconstruye su
rol como padre y/o pareja, dejar de llamar “Maraca” a quien goza
libremente su sexualidad, dejar de categorizar entre “azul niño”
y “rosado niña”, dejar de esperar que “el hombre pague la
cuenta”, etc. Porque hoy con conciencia de la problemática,
protestar y marchar, es necesario , porque hoy podemos buscar el
cambio por ti, tu hija, hermana, amiga, madre y/o tía, porque nos
están matando y debemos decir ¡basta!
Vanessa S.
Herrera Bahamonde
Psicóloga
/ Feminista
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