domingo, 19 de junio de 2016

La tierra y el trabajo temporero


por La Pulga

La tierra en constante cambio

En los últimos 60 años hemos tenido muchos cambios, la pregunta de quien trabaja la tierra y a quién le pertenece, jugó un rol fundamental en las políticas de los gobiernos que estaban en el poder.
La reforma agraria de los años 60 y profundizado bajo el gobierno de Salvador Allende, quiso hacer que los trabajadores, que desde antes habían trabajado la tierra en condiciones miserables, debían ser dueños de su propia tierra. Para esto se expropió la tierra, es decir el estado obligó a los antiguos dueños a venderles la tierra a un precio definido, y el gobierno formó cooperativas o parceló las tierras y las entregó a los campesinos.
La dictadura de Pinochet cambió de manera drástica el destino del país. El régimen militar vendió la tierra a los campesinos que además de no tener herramientas para trabajar la tierra y el bajo precios de los alimentos en la crisis de los años 80, tuvieron que pagar cuotas para sus terrenos. A consecuencia de esto mucho tuvieron que vender sus tierras. En muchos casos, primero se vendieron los cerros y después algunos también vendieron sus parcelas. Así volvió el latifundio a nuestras tierras, ya que muchas veces se compraba grandes hectáreas, como lo podemos observar hoy en día.
Durante la dictadura militar también se cambió la orientación de la industria agrícola. El fin de esta industria ya no es de abastecer el mercado del país, sino que producir frutas para el mercado internacional, especialmente Europa y EEUU. La Palta, la uva y el limón que cosechan nuestrxs amigxs, familiares y conocidos a veces en condiciones miserables, se produce para unos países donde estos productos tienen más valor y la gente tiene más plata para comprárselo. En cambio nosotrxs importamos trigo de EEUU, ya que este casi no necesita mano de obra. Lo importante dentro de este mercado es tener mano de obra barata que coseche y cuide estos productos. Esta mano de obra barata son lxs temporerxs.

Mano de obra barata como “ventaja” en la exportación de frutas

Como muchos de ustedes deberán saber, hay muchas malas prácticas dentro de este sector. La gente que trabaja ahí se saca la cresta para ganarse durante las temporadas la plata que necesita durante el invierno o para otros tiempos sin pega. A veces trabajando más que 15 horas para ganarse lo que se podría llamar “lo justo”. Los que ganan en esto son los patrones y grandes latifundistas. Las y los temporerxs no tienen derecho a negociar de manera colectiva con el patrón, además según lo previsto lo nueva reforma laboral, que trae algunas mejoras para lxs obrerxs no va a incluir a lxs temporerxs. En estas condiciones, en las cuales mucha gente ni sabe sus derechos básicos es difícil la sindicalización de la gente.

Un encuentro con un sindicalista

En el valle del Aconcagua, hay un pequeño grupo de gente que de todas maneras quiere reactivar un sindicato que habían formado hace varios años y que dejó de funcionar el año pasado. Este sindicato tiene su base en Putaendo, nosotrxs fuimos a hablar con uno de ellxs para saber sobre la actual situación de los temporerxs y el futuro de su organización sindical.

Él nos contó, que antes habían organizado marchas para presionar al gobierno de entonces a pronunciarse al respecto, además hicieron varios boletines para informar a lxs temperorxs sobre sus derechos, su situación y posibles acciones a tomar.
Además nos explicó las diferentes complicidades que tienen lxs temporerxs y algunos puntos donde apuntar para mejorar por lo menos un poco la situación.



La falta de contrato, es la falta de seguridad

Muchas veces la gente que trabaja de temporerx, no tiene contrato. Lo que a primera vista suena como una ventaja, ya que no hay que cotizar AFP, ni FONASA, es en realidad una gran falta de seguridad para lxs trabajadores. Porque al accidentarse dentro o fuera del fundo la empresa tiene que llevar a sus trabajadores a una mutual de seguridad, al enfermarse uno tiene que ir como particular al CESFAM, lo que obviamente significa mayores costos. Es decir al no tener contrato, los empresarios no responden a nada, lo que pase fuera o dentro del fundo y a demás al jubilar unx no tiene nada – aunque sin embargo se tiene que admitir que la AFP es un robo.
Al mismo tiempo, cuando un contrato en realidad debiese ser un acuerdo entre dos personas, en la realidad de lxs temporerxs es una obligación, ya que hay que aceptar o no las condiciones que impone el patrón.

¿Fiscalización?

Cuando todas las malas prácticas que pasan dentro del área de lxs temperorxs, lo debiesen fiscalizar funcionarixs del gobierno, estos no son una verdadera amenaza para los patrones para que estos cambien sus prácticas. Primero dentro de toda la provincia del Aconcagua hay 1.5 personas en fiscalizar durante la temporada, esto es demasiado poco para poder fiscalizar de manera efectiva. Además cuando estos encuentran una falta, en vez de multar, les dan plazos a los patrones para cumplir con las normas y cuando los obreros denuncian, muchas veces lo único que pasa, es que son despedidos.

En este mundo de trabajo, donde lxs trabajodores son vistos como gastos, en vez de lo que realmente son: Lxs que producen lo que luego venden los empresarios, el sindicato se toma como objetivo de informar y empoderar la gente. Es decir quieren de nuevo hacer boletínes y charlas para informar la gente, además de asesorar la gente en problemas concretos. El otro objetivo es de articularse con otros grupos para poder luchar juntxs en temáticas que les importan a todxs, como es por ejemplo la problemática del agua o la minera.

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