Antagonía
Y
de nuevo me encamino a casa entremedio de la agitada brisa que
penumbra mi soledad, la siento, la disfruto y sigo. Más que un
destino es un camino que acostumbro ver y mantener bajo mis inquietos
pies. Pero ahora hay algo distinto que los calma y los mantiene
quietos, aquellas distracciones no están, aquel tormento por el que
me vi afectado ya terminó, he finalizado, he cerrado una fase más,
pero sigo enamorado del mismo rostro, de la misma cara de apatía e
insensibilidad que tanto me entorpece. Me hace tomar un rumbo tan
distinto al tuyo, te enamoraste de la música y la danza, haces que
el arte sea el seudónimo más esencial en ti, aquellas disciplinas
van tan bien contigo, las pocas veces que se me dio la oportunidad de
mirar la magnificencia con la cual las llevas a cabo fue una de las
muchas veces que me he encantado de ti. Y es que un resentido como yo
no está preparado a sentir muchas cosas por una misma persona, es un
temor demasiado verosímil que se apodera de mi interior y me impide
ser yo. He cesado el suave silencio de mi plena paciencia que ya
asume tu sombrío olvido, sin embargo la inmersión de mis sentidos
desarrollan un sexto que en la mayoría de los casos enciende la luz
de aquel estrecho pasillo oscuro que conduce a ti.
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