domingo, 6 de marzo de 2016
“Cuando lo hiciste tampoco te quejaste” La violencia obstétrica es violencia de género
por Bárbara Villalobos y Emma Rosa
La gran mayoría de las mujeres sufren de violencia obstétrica: Sufren de diversas formas de violencia durante el parto. En este artículo, Barbara cuenta lo que vivió cuando dio a luz. Después, vamos a contextualizar lo ocurrido porque es importante destacar que no es un caso único, sino es un ejemplo más de una violencia en contra las mujeres que debe llamarse sistemática. Es decir que la forma de la que se organiza nuestra sociedad fomenta la violencia contra las mujeres y su integridad sexual. La violencia obstétrica es violencia de género.
Este artículo, lo escribimos entre dos mujeres. Barbara describió lo que vivió durante el parto. Después intentamos juntas de vincular lo que ella vivió con lo que viven miles de mujeres cada día.
Soy Bárbara Villalobos y fui víctima de violencia obstétrica.
Cuando tuve a mi hijo en el hospital de san Felipe un 20 de febrero de 2014, llegué a las 5:00 de la mañana del día jueves a urgencias de san Felipe. Es ahí donde comenzó todo... Cuando me atendieron la mujer que estaba de turno, se encontraba durmiendo, pues ella no fue capaz de ni siquiera presentarse, solo me reviso y con suerte ella se dirigía hacia mi persona, entonces comprendí que el trato hacia las pacientes era malo, ya sentía y deducía que pasaría por malos momento, dicho y hecho, así fue.
Al pasar las horas me llevaron a una sala común en donde nunca comprendí donde estaba, si era la sala de embarazadas o algo así, ya que como primeriza no entendía mucho del tema de estar hospitalizada. Nuevamente me revisaron, revisaron cuanto de dilatación tenia, pero esta vez fue peor una matrona de unos 60 años (muy enojada y se notaba cansada) hizo tacto en mi vagina sin tener mayor cuidado, sin lubricar sus guantes quirúrgicos y muy bruscamente. –Me quejo por sus movimientos- y ella me responde a este “Mira mis dedos, son mucho más pequeños que un pene”. No quise responderle por sumisa, por temor a que a las horas siguiente fuera peor la situación.
Luego de estar en la sala con las demás mujeres me bajaron a la sala de pre parto, ahí también fui retada y no tomada en cuenta muchas veces por quejarme de dolores, dolores de contracciones muy fuertes. Me di cuenta también que mientras más joven es uno, peor la tratan, más aun si hay matronas de mayor edad, ya que las matronas jóvenes tenían la paciencia y vocación para atender a las pacientes.
Qué es la violencia obstétrica?
Esto no es una experiencia única: Es un ejemplo de lo que se llama “violencia obstétrica” y que lamentablemente no es único, sino uno de muchos casos de una forma muy frecuente de violencia. La violencia obstétrica es tanto psicológica como física. Muchas mujeres están traumatizadas después del parto.
En el relato anterior, podemos observar muchas características de esta forma de violencia. Primero podemos observar que desde el principio, el personal médico no toma en serio a las mujeres: Cuando Barbara llegó a urgencia, la persona responsable estaba durmiendo. A su pareja, por mucho tiempo no lo dejaron entrar. Solamente entró cuando Barbara ya estaba en trabajo de parto. Cabe destacar que este trato está relacionado a las condiciones económicas de la mujer: Quien paga particular, puede entrar de inmediato con un acompañante y siempre estar con él o ella.
En estas circunstancias, no se transmite calma o paciencia, aunque algunas personas del personal médico sí actúan de manera profesional y empática. Se crea un estrés psicológico. Una forma muy bien visible y muy frecuente de violencia psicológica es el hecho que el personal médico reta a las mujeres si quejan de dolores de parto e ignoran sus preocupaciones y deseos de atención. Un ejemplo de caso extremo es la pérdida del bebé por negligencia médica.
Por falta de atención, muchas mujeres además sufren de dolores innecesarios y de angustias. Un ejemplo es el tacto para medir el número de dilatación. Se podría ocupar lubricante para evitar dolores, por ejemplo. En el caso de Barbara no se hizo. Más encima, antes de hacer el examen no se le había informado ni preguntado. Parece que este es un resultado de que las matronas están aburridas de su trabajo y que no les interesa lo que siente la mujer que da a luz.
A mujeres que reivindican medicamentos, no se les dan. Al mismo tiempo, también pasa que a mujeres les dan medicamentos sin que ellas sepan lo que se les está haciendo y porqué. Muchas mujeres no tienen los recursos para investigar lo que se les hace durante el parto. Como no se les informa bien, están obligadas a dejarse llevar por lo que se les está haciendo. El personal médico – a excepción de los médicos de alto rango - no se presenta. No se explican los procedimientos y no se pregunta por en consentimiento de la mujer. Como caso extremo de esto se pueden mencionar cesáreas que se hacen sin consentimiento informado de la mujer, es decir sin que la mujer sepa bien cuáles son las opciones de parto a las cuáles ella pueda optar. Hablando de opciones de parto, se puede añadir que existan distintas posiciones para el parto vaginal. Algunas de ellas se describan en el material de apoyo que distribuyen los CEFAM a mujeres embarazadas. No obstante, los hospitales no dejan elegir a las mujeres la posición que mas les acomode. Del mismo modo, no se informa bien sobre lo que se hace con el bebé cuando recién nacido: a dónde se le lleva, qué se le va hacer y cuánto durarán estos procedimientos.
En Chile, según el Diario de la Radio Universidad de Chile, el 92 % de las mujeres que dan a luz sufren de violencia obstétrica. Esa violencia tiene muchas formas. Describimos algunas de ellas. Si quieres informarte más, puedes encontrar en nuestro blog y facebook un test de violencia obstétrica dónde se describan aun más formas de esta violencia.
Qué hacer?
Qué se puede hacer en contra de la violencia obstétrica? Primero, es importante saber que la violencia sufrida durante el parto o durante cualquier tratamiento ginecológico no es caso único. Mujeres que saben sobre el tema pueden protegerse mejor. Esto lo sabe el personal médico también – probablemente es debido a esto que a las mujeres más jóvenes, en general se les trata peor aún que a las mayores. Por ende, es importante difundir la información sobre el tema.
Segundo, es importante reconocer que no se trata de casos individuales, sino de una violencia sistemática, es decir una violencia que no se debe a la maldad individual, sino a todo un sistema médico y de la forma de nuestra sociedad. Una propuesta de varias organizaciones de mujeres es de hacer públicos los casos de violencia obstétrica para que se cambien las estructuras que la causan. En Chile, como en la gran mayoría de los países latinoamericanos, no existe legislación acerca de violencia obstétrica. No obstante, distintos grupos que se organizan en contra de la violencia obstétrica llaman a denunciar estas prácticas. Abajo indicamos un enlace donde se explica una forma de hacer esto.
Otra alternativa es alejarse lo más posible de la ginecología que hace del embarazo y del cuerpo femenino en general una enfermedad, un objeto de medicalización. Tratando al cuerpo femenino como siempre indigente de ayuda médica “profesional”, ya se prepara suelo fértil a la violencia que empieza con el hecho de que las mujeres no se consideran capaces de saber ellas mismas lo que necesitan y quieren. Se les obliga por ejemplo a tomar la píldora, a parir de forma acostada – ustedes sabrán ustedes mismas de qué estamos hablando. Hay mujeres por ejemplo que se organizan para conocer mejor a su cuerpo para no depender de ginecólogos. Hay mujeres que se organizan en grupos para facilitar partos fuera del hospital.
Las posibilidades descritas, qué tienen en común? - Debe ser el hecho que las mujeres se organizan entre ellas, que se ponen a hablar y a definir ellas mismas lo que encuentran justo y lo que ya no quieren aceptar.
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Impresionante testimonio, yo viví algo parecido y en el mismo hospital. Yo pagué ese famoso bono PAD, pero igual fui testigo de como se trata a las mujeres en el sector público. Cuando llegué a maternidad, tenían a las mujeres quejándose en su camilla, con las piernas abiertas, sin ningún cuidado de su intimidad. Las enfermeras las miraban, pero hablaban entre ellas muy cómodas, pasaban de uno a otro tema, y sólo se acercaban a ellas cuando insistían mucho. El equipo del doctor me trató muy bien, pero noté que cuando llegué entre ellas dijeron que yo era ''pacientita'' ...y creo que es la diferencia entre las mujeres que pagan por pensionado. El terror fue en la sala de parto, había recibido doble dosis de epidural al tener a mi hijo, y estaba lista para ser llevada a mi pieza, pero tenía que pasar a la camilla en la que me transportarían, esperé por ayuda, le indiqué a las enfermeras que no sentía mis piernas, y una de ellas dice ''ya ya ya, levánte el poto, y pásese'', me pareció horrible, me puse a llorar por no poder moverme como lo hacía naturalmente, estaba desesperada, pero no me tomaron en cuenta. Ellas siguieron contándose los dramas con sus pololos hasta que me dejaron en una sala de pensionado.
ResponderEliminarMe sentí mal, tenía rabia, pero nada de eso le ganaba a la preocupación por mi hijo, que movían de un lado a otro, por lo que mi pareja seguía esos procedimientos atentamente. No dije nada, no me quejé, lo dejé así, nada más. No fui consciente hasta hoy de que había sido víctima de violencia obstétrica, y me da una pena enorme de que justo en este momento haya una mujer que esté pasando lo mismo. No puedo creer como mujeres pueden ser tan crueles entre sus pares, comprendo que ser enfermera es un oficio demandante, que puede llegar a desgastarte, pero si fue lo que elegiste, significó en ese momento que sí estabas dispuesta a pasar por eso. Por otra parte, creo que como el testimonio en esta página deben haber miles más, y para que se detenga, nuestro silencio no ayuda en nada.
Muchas gracias por tu comentario - gracias por compartir tu experiencia, por no guardar silencio.
ResponderEliminarSi quieres, podemos publicar tu testimonio en LA PULGA imprenta - avísanos (por facebook) qué te parece...