viernes, 29 de enero de 2016

"¡No soy feminista!" - "Soy feminista!": Un debate

"Nosotras podemos" - Un clásico



Abrismos el debate sobre qué es lo que significa "feminismo". Dos perspectivas de dos mujeres.

¡No soy feminista!
por ASALIAH


Cuando yo era una niña, miraba a mi vieja y no lograba ver su esencia, ella se esforzaba cada día mas por agradar a mi padre, ni siquiera éramos nosotros, yo y mis tres hermanos, el eje de sus objetivos, si no ese hombre que manutentaba nuestra casa, entonces me sentaba en el pórtico de la mampara y pensaba, en la precocidad de mi edad y en mi entendimiento, que ella no tenía voz propia, repetía lo que el hombre decía, su voz se había congelado hace bastante tiempo. Entonces me repetía a mí misma, que cuando fuera grande y tuviera la edad y el dinero suficiente, sería una “feminista” de nuevos tiempos, y nadie podría opinar por mí, mucho menos decidir. Yo diría donde ir, donde viajar, que comprar, pagaría la cuenta, no necesitaría que nadie me abriera la puerta de un auto, tendría un alto cargo, no recibiría chocolates ni rosas, en resumen, una mujeraza o más bien una “seudofeminista”.
De eso han pasado ya 30 años, y hoy del otro lado de la vereda, como mamá, no como hija, me doy cuenta que pasaron los años, pero el dinero no era suficiente como para hacer lo que se me antojara. Sin embargo podía mantener mis propios ideales, tomar mis propias decisiones (algo obvio jajjajaj).
El feminismo en nuestro querido Chilito, es una mentira más de las ya tantas a las que nos acostumbramos. Es como la violencia intrafamiliar, decimos que nos pegamos en la puerta, cuando el tipo te da una cachetada, o simplemente que no queremos que vuele una mosca cuando el hombre llego de su pega, sin importar que nosotras hayamos trabajado el doble y lo sigamos haciendo en casa.
Siempre oí a una de mis amigas hablar como si fuera la reina de las feministas, la abanderada, pero con el tiempo me di cuenta que era solo una careta de una mujer con tantas trancas como para cerrar el estadio nacional. Todo su discurso, no era nada más que algo repetido de las redes sociales o de algún libro rebuscado en alguna feria para dárselas de intelectual.
Soy madre de tres hermosuras, cabe destacar que las tres son mujeres, soy docente, ejerzo un cargo directivo, hago clases en un instituto, en donde cada día les digo a mis alumnas la importancia de ser mujeres. De cómo debemos pararnos en nuestra vida, sin tener que caer en la estupidez del feminismo, para no ser como los hombres machistas que tanto renegamos. Sobretodo les hablo de cómo no deben controlar ni ser controladas, las saco o eso intento al menos, del pensamiento estúpido del feminismo. Pagar la cuenta mitimota si para eso trabajan ambos, abrir tu puerta del auto, tienes dos lindas manos, recibir chocolates y flores no te hace tonta ni romanticona, te hace simple, te hace sentirte importante. Quien da más o quien da menos, no es lo relevante en nuestra sociedad, si hay más mujeres que hombres en una empresa da lo mismo. La lucha no es la cantidad, si no la calidad y en eso sí que estamos de acuerdo, las mujeres tenemos bastante más cojones que los hombres, parimos, menstruamos, trabajamos, criamos, amamos, pero es nuestra naturaleza, así somos de esencia. El concepto, el nombre, el veto, el vocablo, da igual, no nos hace mejores ni peores, nos hace seres humanos capaces de ser felices en una sociedad que nos puede dar todo, si realmente nos preocupamos de entregar lo que se debe entregar. Y en esto la tele tiene bastante responsabilidad, mucho poto, mucha teta, eso es lo que vende, pero saben que, el 80% de quienes compran esa tv, somos mujeres, así que no nos quejemos de algo que nosotras mismas promovemos.
Cada vez que escucho “feminista” me rio a carcajadas, no lo soy bajo ningún punto, solo soy una mujer convencida de entregar cosas buenas y dejar una pequeña huellita en este paraíso terrenal. Una mujer con convicciones claras, que no quiere nunca más que ningún hombre, como a su madre, le dirijan hasta lo que come. Simplemente una mujer feliz. En resumen, ser feliz, eso es lo que debe preocuparnos. Que el feminismo y/o el machismo, hombre v/s mujer, porque no aprovechamos y solo nos abrazamos y disfrutamos, y hacemos el amor y bebemos vino y oímos buena música, lo demás, no es importante, lo demás es pura falacia mal parida.

"¡Él puede!"
¡Soy feminista!
por Emma Rosa

Sí: Yo soy feminista, y lo soy con máxima convicción. Soy consciente de que, al leer la palabra “feminismo”, much@s se van a enojar, asustar, a no querer leer más. “La feminista” es frecuentemente concebida como feroz, loca, lesbiana, perdida en una teoría que va en contra de los hombres, errónea, ideológica. Si se escucha la palabra “feminismo”, tod@s tienen muchas asociaciones de inmediato. Para algun@s, “feminismo” significa dejar de amar a los hombres, no aceptar ni dar cariño. Para otr@s, significa que hombres y mujeres hagan las mismas cosas, que ya no exista diferencia entre ellos. Para otr@s aún, significa darles más importancias a las cosas que tradicionalmente hacían las mujeres...
Hay tantas ideas sobre lo que es “el feminismo” y deben existir tantos “feminismos” como feministas.
No estoy de acuerdo con todo lo que han dicho tod@s l@s feministas. No obstante, siempre me he concebido como feminista. ¿Por qué? Porque siempre me veía en una tradición de mujeres que habían luchado por obtener más libertad. No se puede negar que desde siglos, las mujeres han sido oprimidas por ser mujeres – aunque las reinas han sido oprimidas de forma diferente que las mujeres pobres, aunque en el año 1250 en lo que hoy llamamos Alemania la opresión no fue la misma que en el año 1950, y tampoco como hoy en Chile o en EE.UU.
Si digo que soy feminista, digo que observo la desigualdad entre los seres humanos desde el punto de vista del género, entonces me pregunto, si esta persona trabaja mucho más tiempo que la otra y gana menos, ¿puede tener una relación con su género? - Yo estoy convencida que sí, que muchas veces, las mujeres trabajan más y trabajan por menos sueldo, incluso gratis.
¿Cuáles son las implicancias de esto? ¿Significa que yo nunca cocino para los hombres que yo amo? Claramente no. Esto significa que: primero, en mis relaciones personales trato de no dejarme llevar por formas tradicionales de la conducta, como por ejemplo que la mujer cocine, creyendo que esto es entregar amor, y que un día termine odiando a su pareja porque él nunca le ayuda. Yo no quiero repetir esto. No reprimo el amor, ni el querer hacerle bien al ser amado. Pero soy consciente que el amor requiere ser mutuo, que se requieren hablar las cosas, organizarse de una forma que amb@s estén content@s. No existe una receta de como repartir el trabajo y de cómo amarse. Poder entender esto, fue posible gracias a muchas pensadoras feministas.
Por otro lado, la perspectiva feminista me lleva a querer organizar de otra forma el trabajo. Quiero que se valoricen más los trabajos que hoy en día no están pagados, y no lo están porque ni se conciben como trabajo a veces. Las mujeres, hoy en día, podemos tener un puesto alto, tener mucho éxito, volver a casa, preocuparnos de nuestr@s hij@s, del aseo, complacer al marido, podemos hacer todo esto y sentirnos súper-mujeres. Yo creo que sería mejor tener más tiempo, más tranquilidad, no tener que unir tantas cosas para poder sentirse bacán.
El feminismo, desde mi punto de vista, también implica observar formas de violencia que afectan sobre todo a mujeres y por ser mujeres. Significa trabajar la consciencia de que por ser tod@s diferentes, no valemos un@s menos y otr@s más. Esto es importante no solo respecto al género, sino también respecto a la nacionalidad, el color de la piel, la profesión que tenemos, etc. Varias feministas han elaborado herramientas muy buenas para analizar estas discriminaciones. Por esto también me llamo feminista: Porque lo que se llama feminismo, me ha dado muchas herramientas para mí vida.
Otra más de estas herramientas es la confianza en mí misma, la que aparte tiene mucho que ver con que pude estudiar, lo que también considero un logro del feminismo: Puedo leer libros de mujeres que se dedican a pensar e investigar, puedo conversar con mujeres sabias, con mujeres que han luchado para desarrollar nuevas formas del pensamiento, para recuperar sabiduría ancestral. Son feministas las que han logrado considerar a las emociones como parte de la política, que han criticado que se separaba la vida privada de la política. Son feministas las que han indagado sobre la importancia de que somos seres no solamente intelectuales, sino también corporales, que han criticado la separación entre el pensar y el sentir.
Yo soy feminista. Eso ni significa que odie a hombres, que no ame ni me deje amar, sino significa, antes de todo, que soy convencida que tod@s l@s seres human@s tenemos un derecho a desarrollarnos, sin que l@s demás nos imponen o cierran caminos. Es el feminismo que me hizo descubrir que no tenemos que repetir lo que desde siempre se ha hecho, más aún si estuvo mal. Me hizo descubrir que hace una gran diferencia si soy mujer u hombre. Y que quiero disfrutar de las diferencias sin que estas perjudiquen a nadie, ni por ser hombre ni por ser mujer.

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