Por Víctor Beltrán E.
De acuerdo al Ministerio del
Trabajo y Previsión Social, una asociación gremial reúne personas
naturales, jurídicas, o ambas con el objeto de promover la
racionalización, desarrollo y protección de las actividades que les
son comunes, en razón de su profesión, oficio o rama de la
producción de bienes y servicios.
Por su parte, el sindicato es
una asociación integrada por trabajadores en defensa y promoción de
sus intereses laborales con respecto al centro de producción o al
empleador con los que están relacionados contractualmente.
Más allá de esas
definiciones, en lo local identificamos un sinfín de luchas y
demandas por las cuales diferentes grupos de personas, organizaciones
funcionales y territoriales se han reunido y movilizado, y en la que
las organizaciones de trabajadores han sido parte importante.
Dichos empeños, que han
expresado el sentir colectivo en contra de aquello que a la gran
mayoría molesta y afecta; además han recogido la experiencia de
lucha y construcción de las organizaciones de base, especialmente en
lo que se refiere a la solidaridad y el apoyo mutuo. Por eso,
considero importante reflexionar sobre la forma en que podemos
propiciar esa articulación entre gremios, sindicatos y
organizaciones civiles.
Muchos ejemplos tenemos en
nuestra comuna. Desde el mundo laboral recuerdo con mucha alegría y
esperanza los llamados a movilización de los trabajadores del
Estado, en donde realizamos asambleas con trabajadoras y trabajadores
de diferentes servicios públicos como jardines, escuelas, liceos y
trabajadores de la salud, con los cuales realizamos movilizaciones
hacia Valparaíso en verdaderas caravanas.
Como no recordar la huelga de
los trabajadores de la panadería de la familia Gil, ubicada en Calle
Edwards, quienes tras una larga lucha lograron el apoyo de toda una
comunidad, terminando finalmente la huelga laboral con el nacimiento
de la panadería “La Unión”, gestionada y administrada por sus
trabajadores en forma cooperativa.
También recuerdo la
oportunidad que desde el municipio se promovía la instalación de
una empresa purificadora de metales preciosos, que tenía como gancho
la generación de fuentes laborales y desarrollo económica en la
ciudad. No obstante, comprendiendo los riesgos que esta planta
generaría para el medio ambiente y la población, diferentes
organizaciones y personas levantaron una férrea defensa del derecho
a vivir sin contaminación. Para esto, cientos de personas marcharon,
rayaron, denunciaron, y finalmente lograron que la empresa no se
instalara en nuestra Comuna.
No puedo dejar de comentar la
experiencia vivida en enero de este año por los gremios del Hospital
de Llay-Llay, quienes iniciaron una movilización con el fin de
solicitar la salida de la directora del establecimiento por falta de
gestión y un liderazgo inadecuado. Al tercer día de movilización
se sumaron a las demandas las organizaciones funcionales y
territoriales, con quienes marchamos a la Gobernación Provincial y
nos tomamos el hall del Servicio de Salud Aconcagua. Como resultado
de este proceso logramos en conjunto nuestro objetivo, a partir de
ese hecho político.
Así, la experiencia vivida
nos ha enseñado que la unión hace la fuerza, que la solidaridad y
el apoyo mutuo nos ha permitido lograr objetivos más inmediatos y
avanzar de forma más sólida hacia una comunidad más inclusiva. Por
eso, soy un convencido que las demandas colectivas deben seguir
trabajándose con todos los gremios y la sociedad civil, formando
verdaderos grupos de presión social, que obligan a la autoridad a
responder las demandas. No nos pueden evitar, no nos pueden
invisibilizar, pues somos muchos en la calle, somos muchos marchando,
somos muchos que tenemos las mismas necesidades de salud, somos
muchos los que necesitamos una jubilación digna, somos muchos y
muchas los que queremos una Nueva Constitución.
Por eso es importante
organizarse cooperativamente y sindicalizarse, pues la historia nos
muestra que el camino para lograr nuestros objetivos es trabajar en
forma colectiva, aceptar nuestras diferencias y generar voluntades
para construir una sociedad más justa, equitativa y con una mejor
calidad de vida.
Desde esta tribuna, invito a
construir una organización sindical a nivel comunal, que represente
el anhelo y sueño de los trabajadores del sector público y privado,
una organización que apoye a los trabajadores en momentos de
movilización y construya una plataforma formativa. Y, asimismo,
seguir trabajando como gremios y sindicatos con otras organizaciones
comunitarias y de la sociedad civil.
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