Gayatri, tú estudiaste medicina ayurvédica. ¿Podrías describir en unas pocas frases las características, según tú, más importantes de esta medicina?
Para mí, lo que más destaco del Ayurveda y que fue lo que me atrajo, es que es más que una medicina, entendiendo esta desde una visión occidental, parcelada. Sino que es más bien una filosofía de vida, que integra la individualidad de todo lo que hay, pero siempre vista desde la conexión inseparable de lo universal y de nuestra fuente. Por ejemplo, tú puedes tener un biotipo (naturaleza) Vata Pitta y no por ello serás igual que una persona que tenga el mismo biotipo, los elementos universales (Mahabuthas) se expresan de manera distinta en ti, y se relacionan con lo demás, también de manera distinta que el resto. La conexión con el origen también es de forma distinta en ti que en el otro, por lo tanto los medios para estar más en armonía contigo misma, necesariamente implica el estar en armonía con los demás, con la naturaleza, con tu mente, (antahkarana no manas) y se logra de una forma particular de participar de lo universal y de lo universal participar en lo particular.
¿Cuáles son diferencias importantes entre la medicina ayurvédica y la medicina occidental?
La diferencia que destaco es un poco de lo que te hablaba anteriormente, la medicina ayurvédica es una filosofía de vida, una forma de estar y ser en el mundo. Es integral, por ejemplo, otorga una pauta para conocer quién eres, y desde esta pauta poder desplegar en tu presente el potencial de lo mejor que eres, Finalmente, la medicina ayurvédica se transforma en una guía para lograr el equilibrio integral en mente, cuerpo y espíritu, siempre sin dejar de lado lo otro de ti, que a su vez también está en ti. Además, es una invitación a estar “despierta” pues nuestra naturaleza esta siempre a punto de desequilibrarse, eso es común, entonces debemos discernir qué es lo que mejor nos conviene en ese momento de nuestra vida, del lugar que habitamos, de las comidas en cierta estación, etc. No es fijo el “remedio” no es como decir: ¡Bien! Ya desperté, entonces no debo ocuparme más de eso, sino que si desperté no debo dejar de despertar, porque si no, menos mal, que me desequilibrio para darme cuenta que me dormí, por eso es una medicina preventiva. En cambio, la medicina occidental es más bien dicotómica, trata de forma separada a la persona, centrándose más bien en la máscara de ésta, sin indagar en el ruido, que sale de ella, y menos indagando en el origen de ese ruido (refiriéndome a la etimología de per sona) y con ello trata cuerpos que reflejan síntomas y da el “remedio” sintético para suprimir esos síntomas y uno queda sin entender nada, ni quién es, ni por qué le ocurrió, ni para qué, sino que hay que tomarse esa pastilla, (qué no sé qué es) hay que sacar ese órgano, etc. Es cierto, también la medicina occidental hace campañas de prevención, pero es todo universal, para todos iguales, y sin entender el por qué.
¿Se excluyen mutuamente la medicina ayurvédica y la medicina occidental?
Hay muchas prácticas de la medicina occidental que tienen su origen en la medicina ayurvédica, como por ejemplo la cirugía, el tomar el pulso, etc. Pero lamentablemente, han sido desconectadas de su fuente, por ejemplo el pulso, en la medicina ayurveda te indica el porcentaje de la manifestación de los elementos universales en ti, es decir, tu biotipo (dosha) La forma que veo que pueden encontrarse, es en la fisiología, conocer conceptos básicos de fisiología desde la medicina occidental te lleva a entender el funcionamiento de tal órgano y cómo se espera que funcione correctamente, y desde eso podemos aplicar los conceptos y prácticas ayurvédicas.,
Ya que el tema de esta PULGA es el feminismo, quisiera hablar sobre el cuerpo femenino y la medicina. En la medicina occidental, la ginecología está muy influenciada por la farmacéutica:
Es algo normal tomar la píldora anticonceptiva, por ejemplo. ¿Qué opinas tú sobre el hecho de que los cuerpos femeninos rutinariamente son sometidos a un tratamiento hormonal, farmacéutico?
Primeramente, desde la Medicina Ayurveda no podemos hablar tan sólo de cuerpos (shariras), y cuando se hace se toma en cuenta también el cuerpo sutil y causal, no sólo el burdo. No somos este cuerpo, pero es en éste donde se manifiesta nuestra alma y la conexión con el todo y con nuestro origen, por lo tanto si tenemos un cuerpo anulado en su función, enfermo, enajenado, cómo vamos a poder desplegar nuestra esencia, menos la esencia de las esencias, Por ejemplo, cuando dejas de tomar anticonceptivos vas apareciendo tú, es algo loco, pero de verdad que pasa, es como que fueras otra, y te tienes que empezar a hacer cargo de esa “otra” y desde esa necesidad y mandato, aparece la búsqueda y la conexión con tu ser mujer, con tu ser, con el ser, no por ello es mera “casualidad” que la medicina natural, mágica, intuitiva onírica, aflore tan naturalmente en una mujer sin sintéticos en su “cuerpo”, “mente”. Es cómo ir subiendo peldaños: ya ahora me doy cuenta que soy, pero quién soy, por qué soy, dese dónde soy, para qué soy, sólo soy, me vuelco hacia afuera, etc. Es un camino apasionante, deslumbrante, es filosofía aplicada! Hay tanto que nos puede ayudar: mantras, sabores, sonidos, asanas… todo súper concreto pero que no se agota en la concreción , ¡eso es maravilloso!. No es flotar, es como flotar pero con los pies en la tierra.
Muchas mujeres sufren de violencia cuando dan a luz o en visitas rutinarias a donde ginecólogos. Es una violencia que resulta, por un lado de un desprecio para la sexualidad y el cuerpo femenino. Del otro lado es resultado de la convicción que el saber medicinal universitario es la pura y santa verdad. ¿El ayurveda tiene otra perspectiva? ¿Se toma más en cuenta lo que las mujeres mismas piensan y anhelan respecto a su cuerpo?
El pensar es maravilloso, pero también peligroso, ¿desde dónde estás pensando? ¿Desde qué modalidad: ignorancia, pasión o bondad?. Estás pensando pretendiendo que existes tú, desde ti solamente?, o sea ¿estas pensando desde el Ego? Primero antes de pensar, se muestra lo que se manifiesta, se trata de dar una pauta para que la persona este en armonía, transformándose el paciente en “haciente”, en responsable de su bienestar. Es como decir: ahora ya tiene pautas del qué y por qué (no es que eso sea definitivo, es orgánico, vivo, no cambia el biotipo, pero la forma en que se manifiesta en esa persona sí), es responsabilidad de usted lo que haga de usted mismo, o cómo quiere desplegar en usted lo maravilloso que tiene, porque todo tiene su reacción, su consecuencia, su karma y no sólo a nivel “corporal”. El tema es que la Medicina Ayurveda no pretende pensar por el otro, sino que más bien, es un regalo que nos han dado para entender y practicar (que es lo que más nos cuesta) para transformarnos en quienes somos y desde ese equilibrio buscar desde donde emana el “somos” , eso es más bien lo básico. Deberían enseñar Ayurveda en los colegios, en la enseñanza básica, además es tan entretenido, por ejemplo en mis estudios, me enseñaron lo básico de cocinar, nutrición, psicología, yoga, filosofía, uso de hierbas, astrología, etc. Es como una invitación a seguir y seguir practicando, transformando.
¿Cómo se concibe en la perspectiva del ayurveda la diferencia entre hombres y mujeres? ¿Qué significa esto para tu trabajo medicinal?
Bueno desde el origen del Ayurveda está en el origen la dualidad de lo femenino y masculino, que a su vez se necesitan y se complementan pero que también a su vez son uno mismo, y de esta “dualidad” que a su vez es “unicidad” nace todo. En mi trabajo medicinal no me es determinante el que un “haciente” sea hombre o mujer, sino más bien conocer su dosha, y tratar de visualizar cómo éste se manifiesta, o se inhibe, y por qué lo hace de esa manera. Siempre el “haciente” habla, entonces uno se fija e indaga sobre el hablar desde el que habla, sus movimientos, su cuerpo (piel, uñas, pelo, estructura, metabolismo, etc) su disposición mental, espiritual, su relación con el mundo, etc. En esa indagación aparecen también las fallas y desconexión de la cultura en la que se vive. Mujeres anuladas en sus trabajos, en sus familias, por ellas mismas, por otros, interpretadas desde conceptos de roles de hombre y mujer manipulados políticamente. Esa anulación y desconexión de ser, se manifiesta muchas veces en lo que físicamente nos diferencia del hombre, por ejemplo en la matriz, en los ovarios, en los senos. ¿Por qué pasa eso? Muchas veces porque se aguanta el no ser, o el dejar la responsabilidad de su vida en manos de otros o por qué hemos enfermado de doble ignorancia, es decir, ni siquiera saber que se ignora. De ahí también que me guste mucho el concepto de empoderamiento femenino, porque veo que en esa hermandad femenina la mujer puede optar por desplegarse como lo que es y trascender la dualidad de hombre y mujer sin por ello dejar de ser mujer, al modo de Shakti y Purusha o de Radha y Krishna, sin ser ellos obviamente.
En la Pulga ya hemos escrito varias veces sobre los problemas en el hospital de Llay-Llay. Gente nos contó que les trataron mal. Me contaron también que en Llay-Llay no hay ginecólogos competentes y que respetan a las mujeres. Después del PAP, varias mujeres sufrieron de hemorragias. Igual, la gente va al hospital. Necesitan un lugar donde les aconsejan y dan medicamentos. - ¿Cuáles son las alternativas a esta situación? ¿Qué crees tú es necesario para que la gente tenga mejor salud?
¿Alternativas? ¡Muchas! Indagar sobre uno, ir de camino hacia su autoconocimiento, corporal, mental, espiritual. Tener amigas, y hacer cosas juntas, hablar sobre sus emociones, danzar, respetarse (respectare) y respetar la vida que palpita en lo otro, por ejemplo para qué comer carne, si me hago daño a mi misma y además daño a otra vida, tanto al animal como a la naturaleza, para qué usar toallas higiénicas, si me daño y daño a la naturaleza, etc. Tratar de vivir en Ahimsa (sin violencia) que es uno de los principios éticos identificados en la India.
Hemos olvidado quienes somos porque muchas veces estamos volcadas hacia el otro, pero contemplarse de vez en cuando es sano, observarse cómo reacciono ante ciertas situaciones, e indagar por qué lo hago, creo que eso necesariamente nos va a remontar a la búsqueda del origen y nos hace trascender nuestro presente e inclusive el tiempo y también la mirada hacia lo otro va a ser espontánea, pero ahora desde el equilibrio. Cuántas veces uno ve como una historia familiar de mujeres se repite una y otra vez, eso es importante, saber qué pasa, por qué ello acontece, o cómo vivían antes o cómo viven las otras mujeres en otros lados del mundo. Por ello es tan lindo saber que hay tantas mujeres que están averiguando sobre las prácticas ancestrales de mujeres por ejemplo en la gestación, en el parto, en sus cuidados sexuales, etc, siento que eso hace despertar la medicina que cada una de nosotras llevamos dentro y que hay que seguir investigando, practicando, conversando, juntándose, así visualizamos lo común que tenemos. Al final habitamos un cuerpo maravilloso de mujer, pero también hay más, no sólo somos mujer, mejor dicho somos. (me recordé de los estadios de la homosexualidad, que el último no es identificarse y aceptarse como homosexual, sino identificarse como un ser que además tiene una orientación sexual, pero que no se agota en ella )
Gracias al equipo de la “Pulga de LLay-llay”, por la oportunidad de integrar el Ayurveda en su revista, es un Universo tan vasto que no se agota en estas interpretaciones, la invitación es a seguir conociendo, aplicando y transformando.
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